Seguidores

domingo, 8 de julio de 2018

En la oscuridad - Antonio Pampliega


Mi celda está en penumbras, salvo por un pequeño haz de luz procedente de un led situado en una de las paredes de la habitación, que me permite ver mi silueta recortada en el muro. Junto a mi colchón, mis cuadernos y los platos sucios de comida. La luz se va apagando al mismo ritmo que mi esperanza de salir con vida de este agujero. Me hundo en una profunda desesperación”.


La nueva entrada que estáis a punto de leer es sobre el libro escrito por Antonio Pampliega, un periodista secuestrado por Al Qaeda que explica su experiencia, convirtiéndose en el primero que lo hace. Y al cual admiro enormemente desde el preciso momento en que terminé de leer su historia.

Creo que ya he dicho más veces que los libros que más me gustan son los que cuentan echos reales, vivencias, infiltraciones, etc., por eso tuve claro que este libro tenía que ser mío desde que supe de su existencia. Así pues, fue mi auto-regalo de Sant Jordi, junto a Firmamento de Máxim Huerta. Pensé que me costaría encontrar En la oscuridad en las librerías ya que no había escuchado mucho hablar de él pero la verdad es que lo encontré en la primera que entré.

La pesadilla comienza en Julio de 2015, cuando Antonio, junto a otros dos periodistas (Ángel Sastre y José Manuel López), cruzan la frontera de Turquia en dirección a Siria. Es el duodécimo viaje que hace a la zona pero desde el primer momento nos transmite que siente que algo no va bien. De repente, en uno de sus viajes dentro de las zonas conflictivas, una furgoneta les corta el paso.

Una vez que lo secuetran sus secuestradores si piensan que Antonio es un espía por lo que se lleva la peor parte. Aún así lo que más me gusta es que no entra en detalles de maltrato, vejaciones, situaciones de límite, pero aún así te hace vivirlo y te pone el vello de punta.

Las páginas dónde explica su día a día secuestrado parece más bien un diario ya que además está escrito en primera persona. De echo, son las notas que va escribiendo en su celda durante los 300 días que dura el secuestro, palabras que dedica a su hermana menor, con tal de mantener viva la esperanza de poder volver un día a casa.

No soporto más golpes, ni más humillaciones, ni más vejaciones, mi más sadismo, ni más amenazas de muerte, ni más insultos, ni más interrogatorios, ni más risas a mi costa. Sí, cada vez que pueden me aprietan hasta que rompo a llorar y luego les puedo escuchar riéndose de mí. Pero aún no han conseguido que llore mientras me golpean. Aún me queda un poquito de dignidad. Eso es lo único que conservo. Lo demás… me lo han quitado”.

Como él dice, con su historia, quiere dar voz a todos aquellos que no han podido hacerlo. Me ha sorprendido, y al mismo tiempo me ha parecido brutal, el sentimiento de culpa que sufre Antonio durante todo su encierro. Lo veo tan, tan injusto… Que evidentemente es incluso entenderlo sin vivirlo. Y ojalá no lo viva nadie más y los secuestros pasen a ser recuerdo (de los malos) y jamás sea necesario volver a escribir algo así.

Lo recomiendo y además me ha “gustado”. Pero si no me hubiese enganchado lo recomendaría igual con tal de que todo el mundo pueda llegar a sentir la bofetada de realidad que esconde el libro entre sus páginas. Y es que un día escuché el fanatismo religioso tiene muchísimo que ver con la miseria que sufren algunos países, y aquí lo vemos plasmado perfectamente.


4,8 / 5


No hay comentarios:

Publicar un comentario