"Nada es lo que parece: ni el malo es tan malo, ni el bueno lo es tanto, porque aquí, el que no destiña que levante la mano."
¡Buenos días!
Hoy os traigo la
reseña de Los príncipes azules
también destiñen, de Megan Maxwell.
La verdad es que en
un principio no tenía en mente leerlo, ya que últimamente me cuesta
mucho engancharme a éste tipo de novela súper romántica y taaaaaan
poco realista, pero me lo regalaron para Navidad y, al final, aquí
está, terminado y todo. Megan Maxwell está muy de moda
últimamente, y ya había leído Melocotón loco y ¡me
encantó!, por lo que era inevitable que terminara leyendo alguno
más.
![]() |
Portada de Los Príncipes Azules También Destiñen. |
En ésta novela
conocemos la idílica historia de amor entre Sam y Kate, un hawaiano
que decide dejarlo todo por amor e irse a vivir a Nueva York. Sam y
Kate viven con sus dos encantadoras hijas, Ollie y Cat, y pasan los
días rodeados de su abuela Serena, y su tía Terry. No obstante, la
gran traición de Sam llega a sus vidas y el romance se ve truncado
por una gran mentira. A partir de allí, deciden separar sus vidas y
Sam intenta recuperar la suya en Hawai. Pero el amor siempre vuelve
haciéndoles ver que sólo hay una vida y que no vale la pena
desperdiciar vivirla al lado de quién amas por el propio orgullo.
Gracias a su familia, que les hacen entender que el amor está por
encima de todo, deciden darse una segunda oportunidad.
Esta historia es
paralela a la de Terry y Michael, hermano (no de sangre pero sí de
corazón) de Sam, quienes también viven enamorados el uno del otro
pero ninguno de los dos se atreve a dar el primer paso.
Los príncipes
azules también destiñen me ha gustado, aunque no tanto como el
otro. Al principio me costó más y lo iba leyendo muy poco a poco,
pero la segunda mitad lo he devorado en apenas un par de días. Ya me
pasó con el anterior: las primeras páginas me pasan desapercibidas
pero de golpe ¡zas!, las historias de amor se complica y a mi me
comienza a enganchar. Quizá el problema que tengo con Megan Maxwell
es que no me atrapa su forma de escribir tan simple. Si, es verdad,
tampoco me gustan los libros pesados, pero en ocasiones he tenido la
sensación de estar leyendo una novela más enfocada a un público
infantil (obviamente por el estilo narrativo, no por el contenido,
que es más para adultos). Contradiciendome un poco, en cambio, sí
que me gusta la manera tan directa de escribir obviando las
descripciones que no te llevan a ningún lugar y que no son nada
importantes.
Otra cosa que debo
destacar de la autora es que tiene muy buen ojo para los personajes,
no se que tienen pero ¡oye!, les acabo cogiendo cariño… En este
caso son personajes muy distintos, los encontramos de todas las
edades y de todos los caracteres existentes pero ninguno deja de
parecerte entrañable y seguramente sea ese otro de los motivos por
los que a medida que vas pasando página te va enganchando más y
más.
Así que sin haber
acabado de encantarme, pero habiéndome enganchado bastante al final,
ésta de mi nota:
No hay comentarios:
Publicar un comentario